lunes, 12 de mayo de 2014

 
 

¿Montarías un toro sin pretal?

Imagina que te inscribes en la monta de toros en un rodeo.  Estás muy seguro de ti mismo porque sabes que eres buen jinete y has ganado dinero y hebillas en varios rodeos.  Se sortean los toros y tú sacas uno de los mejores del circuito.  Es un toro rudo y bravo, muy pocos jinetes han aguantado los 8 segundos.  Pero tú te sientes seguro y sabes puedes que ganar.

Pero hay un problema: no tienes contigo tu equipo de montar.  No tienes pretal, sabemos que esta pieza del equipo es vital para la monta, tampoco tienes tu guante con brea y tus espuelas, que también ayudan a tener un mejor agarre sobre el toro.  Entonces intentas pedir prestado el equipo de otros vaqueros, pero todos se están preparando para su monta, todos quieren estar listos.  Además es una competencia, piensan que eres una amenaza para ellos y si tú no compites, tienen más probabilidades de ganar. 

Entonces decides montar sin el equipo (obviamente, si fuera permitido), improvisas un pretal con una soga que te encuentras por allí, sin guante y sin espuelas que te ayuden a agarrarte mejor.  Confías solamente en tu fortaleza y en tus habilidades como jinete en que todo salga bien.

¿Cómo te suena todo esto?  ¿Se oye como una monta segura y exitosa?  No, ¿verdad?  Cualquiera que esté familiarizado con esta suerte del rodeo sabe que no hay posibilidades de ganar… Ni siquiera de aguantar los 2 o 3 primeros reparos sobre el lomo del toro.   Además diría que es una tontería montar en estas condiciones porque estás poniendo tu vida en riesgo.

Pues bien, podemos comparar este ejemplo ilustrativo con nuestra propia vida: Montar un toro sin pretal y sin equipo es como vivir la vida sin considerar a Dios. Sin El perdemos toda oportunidad de vivir una vida segura aquí en la tierra, además de que tampoco tenemos la seguridad de hacia donde iremos después de ella.  Cuando tienes a Dios en tu vida, todos los vacíos se llenan, te sientes seguro; tienes tu equipo de montar completo, es como si tuvieras tu pretal, tu guante, tu chaleco, tus espuelas y hasta tu casco, si quieres.

 Ahora imagina que sí tienes la maleta con todo tu equipo para montar, pero no lo quieres usar, porque confías en tu habilidad y destreza y decides que con la cuerda que te encontraste por ahí es suficiente para ti.  Pues tal vez así sea, pero enfrentarás mas riesgos y tendrás menos posibilidades de alcanzar el éxito.

Pero, ¿Para que arriesgar tu vida y tu éxito cuando tienes en tu maleta todo lo que necesitas para lograr una monta que te de la victoria?  Igual, ¿Para que arriesgar tu vida y tu éxito cuando tienes a tu disposición las instrucciones para llevar una vida mejor y mas segura?  La mejor manera de enfrentar los riesgos en esta vida y asegurar la próxima está en la relación personal que puedes tener con Dios cuando lo involucras en todas las áreas de tu vida.

Dice la Biblia que – “Todo lo que está escrito en la Biblia es el mensaje de Dios, y es útil para enseñar a la gente, para ayudarla y corregirla, y para mostrarle cómo debe vivir.  De ese modo, los servidores de Dios estarán completamente entrenados y preparados para hacer el bien.” (2Timoteo3:16-17)

 Vaquero, el mensaje de Dios para tu vida equivale al equipo de montar.  Y sabes que el equipo para montar existe, y lo tienes, pero si no lo usas no tienes ninguna ventaja ni seguridad de que vayas a hacer una buena monta ¿Verdad? … Igualmente sucede con el mensaje de Dios.  No basta con saber que está ahí, hay que aplicarlo en nuestra vida, para estar completamente equipados.

La seguridad es para ti, para que puedas disfrutar de hacer lo que te apasiona y tener éxito, sin poner en riesgo tu vida.  Además, podrás ser de bien para todos los que te rodean.  Tú eres una persona muy importante, tienes muchos talentos y habilidades y muchas personas a tu alrededor te están observando y desearían ser como tú.  Asegúrate de ser un buen ejemplo para que las próximas generaciones te recuerden con agrado y sigan tus pasos.

 Gracia y Paz.




lunes, 10 de marzo de 2014

ALL-AROUND COWBOY



En el Rodeo, el título de All-Around Cowboy (Campeón Vaquero Completo) es asignado a aquel vaquero que tiene mejor desempeño en 2 o más eventos. 

Jim Shoulders inició su carrera dentro del rodeo a la edad de 14 años, logró el preciado título de campeón vaquero completo en 5 ocasiones, en 1949 y de 1956 a 1959.  También logró ganar los campeonatos en monta de toros en 1951 y de 1954 a 1959. Además ganó los campeonatos de caballos con pretal en 1950 y de 1956 a 1958.
Larry Mahan, también inicio su carrera dentro del rodeo a los 14 años de edad, logró el preciado título por 5 años consecutivos, de 1966 a 1970; y por sexta ocasión en 1973.  Su especialidad fue en monta de toros, en la cual ganó los campeonatos de 1965 a 1967.
Tom Ferguson logró el título en 6 ocasiones consecutivas, de 1974 a 1979.  También logró ganar los campeonatos de lazo de becerro en 1974 y de derribe de novillo en 1977 y 1978.
Roy Cooper, llamado “Super  Looper”, haciendo referencia a sus habilidades para lazar, ganó el título en 1983.  Su especialidad fue lazo de becerro.  Roy es padre de Tuf Cooper, actual campeón de lazo de becerro.
Ty Murray logró ganar el título en 6 ocasiones consecutivas de 1989 a 1994 y una vez más en 1998; además ganó los campeonatos de monta de toro en 1993 y 1994.   Ty es el fundador de la PBR.
Trevor Brazile,  11 veces campeón vaquero completo, quien con sus logros de 2002 a 2004 y de 2006 a 2013, ha roto el record de más títulos ganados hasta entonces, que ostentaba Ty Murray, con 7.

Estos son solo algunos de los vaqueros con habilidades y dones que los han llevado a la fama al lograr triunfos y satisfacciones dentro del Mundo Vaquero, porque se han esforzado, y han entrenado y practicado sus habilidades para mejorarlas y fortalecerlas.
Aquí hay algo interesante, todos ellos lograron el título de “All-Around Cowboy” en base a sus especialidades: Montas (toros, caballos con pretal y caballos con montura) o lazos (Lazo doble o lazo de becerro; algunos lazadores también pudieran competir en derribe de novillo).  Los jinetes no compiten en los eventos de lazo, ni los lazadores en eventos de monta, sino que según su especialidad, se dedican a desarrollar sus habilidades en cada una de estas disciplinas.

Fuera de la arena, en el curso de la vida, aplica lo mismo para todos… cada uno de nosotros tenemos habilidades y talentos que Dios nos dio y que nos hacen únicos y especiales ante los demás… Pero al igual que en el rodeo, debemos practicar esas capacidades para mejorar constantemente.
Tal vez a ti te gustaría ser, o hacer, lo que alguien más es o hace, pero si inviertes tiempo y energía en algo para lo cual no tienes habilidades... y no digo que no lo podrías lograr, sino que te vas a desenfocar de lo que realmente sabes hacer y vas a descuidar tus capacidades, lo cual sería un gran desperdicio para la comunidad.
¿Eres bueno para enseñar? ¿Para dirigir? ¿Para dar? ¿Para escuchar? ¿Para aconsejar? ¿Para dar apoyo?   ¡Hay tantas personas que necesitan de todo esto!  Y están a tu alrededor…  Acércate a ellas y ayúdales, y experimenta la satisfacción que se siente al dar.  El apóstol Pablo dice en Hechos 20:35: “… Hay más bendición en dar que en recibir”.
Si continuas practicando,  con esfuerzo y dedicación, además de ser de bendición para tu prójimo, vas a ir forjando no solo tu futuro, sino que también vas a ayudar a forjar el futuro de nuestro país y hacer de él un mejor lugar para vivir.  Recuerda que detrás de ti vienen las futuras generaciones que estarán al frente de la sociedad, dales el mejor ejemplo del cual seas capaz.
Enfócate en lo que sabes hacer, y deja que cada quien sea responsable de lo que hace.   Somos muy dados a  opinar sobre el trabajo de los demás… y no sólo opinamos, criticamos duramente cómo lo hacen, aún y cuando sean especialistas en ello, y cuando tal vez nosotros mismos ni siquiera lo hemos intentado.   En lugar de criticar, es mucho más edificante proporcionar ideas de cómo se puede hacer mejor.
Así que, como dice el viejo y conocido refrán: “Zapatero a tus zapatos”… Y no te preocupes de lo que digan los demás, sigue adelante practicando en lo que eres bueno, sirviendo a los demás, siguiendo el propósito de Dios para tu vida.  COWBOY UP!

Romanos 12:4-8
“Porque así como en un solo cuerpo tenemos muchos miembros, y no todos los miembros sirven para lo mismo,
así también nosotros, aunque somos muchos, formamos un solo cuerpo en Cristo y estamos unidos unos a otros como miembros de un mismo cuerpo.
Dios nos ha dado diferentes dones, según lo que él quiso dar a cada uno. Por lo tanto, si Dios nos ha dado el don de profecía, hablemos según la fe que tenemos;
si nos ha dado el don de servir a otros, sirvámosles bien. El que haya recibido el don de enseñar, que se dedique a la enseñanza;
el que haya recibido el don de animar a otros, que se dedique a animarlos. El que da, hágalo con sencillez; el que ocupa un puesto de responsabilidad, desempeñe su cargo con todo cuidado; el que ayuda a los necesitados, hágalo con alegría.”


“Encárgate de los negocios de Dios, y él se encargara de los tuyos”.

lunes, 27 de mayo de 2013

¡YA HIZO ALGO!


¿Has visto a tu alrededor cuantas personas hay con tanta necesidad?  Pueden ser personas enfermas, hambrientas, en harapos, sin trabajo, tristes… Niños solos, sucios, sin hogar, sin educación… O tal vez personas cercanas a ti que viven una situación personal difícil, con problemas financieros, con enfermedades, o sufriendo la pérdida de un ser querido…

¡Por supuesto que lo has visto!  Seguramente todos hemos visto todos los días situaciones como alguna de estas.  Entonces piensas: ¿Dónde está Dios? ¿Por qué permite que la gente sufra? ¿Por qué  permite que los niños sufran hambre, o frío, o violencia? ¿Por qué no hace algo?

Estas preguntas son muy válidas en nuestra humana realidad, en nuestra limitada conciencia… Pero los pensamientos y los planes de Dios son infinitamente mayores a los nuestros, por eso no los comprendemos.  La respuesta para esas preguntas es simple, El ya ha hecho algo… Te ha creado a TI…

Así es, Dios te ha creado a ti para que lleves a cabo la obra. Verás, El te ha creado a Su imagen y semejanza, lo cual significa que ha puesto en ti sentimientos de amor, de misericordia y compasión que hacen que esto sea posible… cuando compartes con alguien lo que tienes, estás haciendo un cambio.

No tienes que ser rico para compartir con alguien, lo que tienes en este momento es suficiente para ayudar a alguien en necesidad.  Tal vez un trozo de pan, un vaso de agua, lo que sea… Muchas veces creemos que una moneda no va a ser de bendición para alguien y por eso no la compartimos, pero créelo,  puede significar mucho.

¿Tienes una camisa que ya no usas? ¿Unos zapatos que en realidad no necesitas? ¿Una chamarra que ya no te gusta? ¿Un kilo de frijol extra? ¿Una lata de verduras? ¡Compártelo!
Y es aún mejor cuando haces un verdadero sacrificio… Comparte lo mejor que tengas: tu camisa favorita, tus mejores jeans, tus botas buenas, tu cena de esta noche… Dios verá con agrado tu sacrificio y te bendecirá de una manera que no te imaginas.  Derramará abundantes bendiciones sobre tu vida que no te será suficiente extender completamente tus brazos para poder contenerlas.  “Da y se te dará; medida buena, apretada, remecida y rebosando darán en tu regazo…” (Lucas 6:38)

Cuando te desprendes de algo alegremente, con misericordia y amor, Dios te restituye todo… Por ejemplo, cuando sirves agua en un vaso, no puedes echar más de la que el vaso puede contener.  Pero si lo vacías, puedes volver a llenarlo.  De esta manera, el agua fluye y es de provecho cuando la bebes.  En cambio, si llenas el vaso pero no lo vacías, el agua queda estancada, no es de provecho para nadie y se echa a perder, se apesta.

¡Deja que la bendición fluya! ¡Saca lo viejo para dejar que entre lo nuevo! Solo busca el momento cuando puedas hacerlo, te aseguro que no vas a tardar mucho en encontrarlo.

Pero no solo puedes compartir cosas materiales.  También puedes compartir tu tiempo, tu atención.  Puedes escuchar a alguien que tiene problemas o penas y hacer que esa persona se sienta mejor solamente con haberla escuchado.  Hasta podrías darle un buen consejo que le ayude a salir del problema… O puedes consolarla en su sufrimiento…

Lo que importa es compartir, hacer sentir a los demás que te importan, y a la vez servir de ejemplo para que ellos también hagan lo mismo con otras personas… Y esas otras personas hagan lo mismo con otras, y así sucesivamente… “Nada hagas por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a si mismo; no mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros.” Filipenses 2: 3-4.

La misión que tenemos como humanos, como hijos de Dios, es servir a los demás, como en el ejemplo que nos dio el Señor Jesús cuando dijo: “…como el Hijo del Hombre no vino a ser servido, sino a servir…” Mateo 20:28.  Cuando te preocupas por el bienestar de los demás, Dios se preocupa por el tuyo.  ¿No es grandioso?

Creo firmemente que  si cada uno de nosotros nos preocupáramos por alguien más, sólo por una persona más, nuestra ciudad, nuestro país, nuestro mundo, sería mucho mejor… porque Dios no se equivoca…


Tal vez no seas alguien que pueda cambiar el mundo entero, pero sí puedes cambiar por entero el mundo de alguien.  Empieza hoy…
Arnold Sáenz
arnold.saenz@gmail.com
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lunes, 18 de marzo de 2013

¿QUE CAMBIARIAS?


Ha iniciado la temporada de rodeos y seguramente vas a trabajar duro y usarás al máximo los dones, habilidades y talentos que Dios te dio para tratar de hacer el mejor papel posible.

Los vaqueros y vaqueras comúnmente se concentran en la competencia y la vida del rodeo; ganando hebillas, monturas, títulos y dinero. Tienen que dar lo mejor de sí para ganar en sus respectivas disciplinas.  En sus mentes está  constantemente la idea de llegar a las finales del circuito, y seguramente, llegar a ser campeones estatales o nacionales en sus respectivos eventos.  Tristemente la mayoría nunca piensa en donde va  a pasar la eternidad o como vivir realmente de la mejor manera aquí en este mundo, como Dios desea que lo hagamos.

Para muchos, el ser reconocido como campeón es más interesante e importante que el ser reconocido como hijo de Dios y saber que su alma estará con el Padre en el Paraíso por toda la eternidad. ¿Acaso el rodeo, el rancho, tu negocio o tu título es más importante que tener asegurada la vida eterna? ¿Estarías dispuesto a cambiar tus hebillas, monturas o títulos y dinero por Jesucristo?   Pero El no desea que lo hagas... lo que sí espera de ti es que lo consideres más importante que el resto de los deseos que puedas tener.

El plan de Dios para tu vida es perfecto. La mayoría del tiempo desea bendecirte justamente donde estás, haciendo lo que te gusta, a no ser que estés en un lugar que no te convenga (en este caso, El tendrá un mejor lugar donde desea ponerte). "Deléitate en el Señor y El te concederá las peticiones de tu corazón". (Salmos 37:4).

Para lograr entender lo que Dios tiene preparado para tu vida y llegar a donde El te quiere llevar, debes orar y dejarte guiar por El, no cometas el error de seguir tu propio camino.
"Porque todos lo que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios." Romanos 8:14
"Reconócelo en todos tus caminos, y El enderezará tus veredas." Proverbios 3:6

Cuida primero tu alma y tu espíritu. La vida eterna es un regalo que recibimos de Dios a través de su Hijo Jesucristo para llevarnos un día ante Su Presencia. No arriesgues tu alma. Entrégasela a Dios.  Jesucristo dijo: "…yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia."  Juan 10:10

Recuerda, Dios conoce todos tus deseos.
¡Lleva a Jesucristo siempre contigo y que tengas un año de triunfos en el circuito!

Bendiciones…

Arnold Sáenz
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lunes, 4 de marzo de 2013

¿EN LAS BOTAS DE QUIEN?



          Resulta simpático al preguntarle a un niño ó niña pequeños qué quisieran ser cuando sean grandes, le contesten a uno: "Quiero ser como mi papá ó mi mamá".
           Si hacemos la misma pregunta a los adolescentes les escucharás decir que quieren ser como Ty Murray o Justin McBride; o como George Strait o Brad Paisley.
       Esta misma pregunta no está limitada a niños y adolescentes; preguntémosle a los adultos y a los empresarios y tal vez te dirán que quieren ser como Bill Gates ó Carlos Slim.
            Todos conocemos personas que nos sirven como modelo, a quienes nos deseamos parecer, son gente que se ve grande y se distingue dentro de la sociedad, aparecen en periódicos y revistas, pero eso no es razón suficiente para invertir nuestras vidas queriendo ser la imagen de otra persona.

          Amigos, vivimos en un mundo habitado por miles de millones de personas. Gente distinta, de diferente trasfondo  algunos nacidos en cuna de oro, otros sin cuna alguna. Vivimos en un mundo lleno de retos y soluciones, obstáculos y escalones, subidas y bajadas.
          La mayoría de nosotros invertimos nuestro tiempo y energía buscando zapatos, o botas, en las cuales encajar, dejando las nuestras atrás, intentando vivir y actuar de la manera en que nuestros modelos lo hacen. Eso es bueno, mas no determinante. Nos sorprenderíamos saber que nos quedaremos cortos en nuestras expectativas si gastamos nuestra energía tratando de lazar el viento.
          El éxito consiste en 2% dones y 98% trabajo duro, por lo que podemos concluir que todos tenemos este 2% en nuestra composición genética pero necesitamos invertir esfuerzo forjando aquello que no tuvimos al momento de nacer.

          Ahora bien, no estoy diciendo que es malo querer ser como alguien más; sino que esa no es la razón principal por la que vinimos a la Tierra. No caímos aquí desde el espacio por accidente; Dios nos colocó aquí por alguna razón.
          Dios nos creó y nos ha dado un libro en blanco para que escribamos nuestra propia vida. Así que mientras estamos aquí escribiendo nuestra historia, El no quiere que nuestro libro esté lleno de comentarios sobre cómo es Fulano de tal y cómo lo hizo Sutano o Perengano, sino sobre cómo somos nosotros y cómo lo haremos nosotros mismos.
          Y es que mientras vamos buscando ponernos las botas de otros, ¿quién se pondrá las nuestras? Aunque no alcancemos el "estrellato" en la vida, consolémonos sabiendo de que valió la pena ponernos en nuestras propias botas.

          Son muchos los que se pasan la vida frustrados por no ser "otro". Pensamos que si tan sólo tuviésemos los recursos, los talentos ó las oportunidades de otras personas, entonces sí podríamos ser ganadores. Pero al pensar de esa manera, fallamos en enfocarnos en los recursos, talentos y oportunidades que Dios sí nos ha dado. Si bien es cierto que tal vez con lo que el Creador nos dotó no nos sirva para alcanzar lo que otros han logrado, sí podrán ser instrumentales para que hagamos la diferencia, de la manera en que Dios nos diseñó para hacerla.

          Nuestro mundo y nuestra generación en particular, serán mucho mejores si nos atrevemos a poner a trabajar lo que sí tenemos en vez de lamentarnos por lo que no.

          Animo y que el Señor les continúe bendiciendo.

Filipenses 4:13 - “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”. 
Arnold Sáenz
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jueves, 14 de febrero de 2013

LA MEJOR DECISION


Todos podemos dar una descripción de lo que significa para nosotros la palabra “AMOR”.  De la misma manera todos tenemos una idea de cómo debemos comportarnos ante las personas que amamos.  Pero muchas veces el concepto de amor que expresamos es el mismo que nos transmiten los medios de comunicación como el cine, la radio, la televisión, las novelas escritas, etc., los cuales han distorsionado y han hecho que tengamos un concepto equivocado de lo que es el verdadero amor, ya que se entiende como amor lo que tenga que ver con el sexo o como una serie de “emociones románticas muy bellas”.   

La palabra “amor” es un verbo, y como tal, implica acción, no sentimientos y la acción tiene que ver con la voluntad no con las emociones, pues estas son cambiantes.  Si así fuera, un día amaríamos a alguien y de repente ya no, según nuestro estado de ánimo.

Y mucho más allá del concepto comercial que tenemos del amor, como sexo egoísta y las “mariposas revoloteando en el estómago”, Dios en la Biblia nos enseña el concepto real y verdadero de lo que es el amor:

Pablo en su 1ª carta a los Corintios, capítulo 13, escribe:
4 Tener amor es saber soportar; es ser bondadoso; es no tener envidia, ni ser presumido, ni orgulloso,
5 ni grosero, ni egoísta; es no enojarse ni guardar rencor;
6 es no alegrarse de las injusticias, sino de la verdad.
7 Tener amor es sufrirlo todo, creerlo todo, esperarlo todo, soportarlo todo.

Como puedes ver, en la primera mitad del verso 4, el soportar y ser bondadoso, son decisiones de cómo podemos comportarnos.  En la segunda mitad, nombra sentimientos del ser humano.  En los versos 5 y 6 también describe sentimientos, y finalmente en el verso 7, al igual que en la primera mitad del 4, lista decisiones, voluntades.

De hecho, el Señor Jesús nos lo dejó como mandamiento en Juan 15: 12 Mi mandamiento es este: Que se amen unos a otros como yo los he amado a ustedes.
No dijo que si deseáramos o sintiéramos algo por los demás, los amáramos.  Lo dijo de tal manera que tomáramos la decisión de amar al prójimo, porque el amor es una decisión, una actitud, una forma de pensar y de actuar.   No tiene que ver con el sentir algo por alguien.   Y esto puede aplicarse tanto para el amor filial (amigos, compañeros, vecinos, etc.) como para el romántico (novia, novio, esposa, esposo).

El amor es racional (pensado, inteligente, no sentido) porque siempre procura hacer lo mejor por la otra persona; no precisamente porque uno lo siente, sino porque reconoce en la persona un valor único y uno decide tratarla de acuerdo con ese valor.

El amor no fue, ni es, ni será algo fácil, ya que implica esfuerzo y sacrificio.  Por eso cuesta mucho, y por lo mismo, vale mucho...

En la canción “One Friend”, de Dan Seals, dice:
“Siempre pensé que eras la mejor, y creo que siempre lo pensaré / Siempre pensé que éramos bendecidos y aún lo siento así. / Muchas veces tomamos el camino difícil / Pero siempre salimos adelante”

Y Garth Brooks en su canción “A Friend To Me” dice:
“Tú y yo somos amigos / Y siempre lo hemos sido desde que nos conocimos / Tú y yo / Hemos salido adelante y hemos compartido nuestra risa y dolor / Dios sabe que hemos tenido días malos / Y más de una vez hemos estado en desacuerdo / Pero tú siempre has sido un amigo (o una amiga) para mi.”

Claro que vamos a sentir un afecto especial por ciertas personas, pero esto se da naturalmente cuando las aceptamos tal como son.  Pero si dejamos que las emociones dominen nuestras relaciones con los demás, creo que no tendríamos un solo amigo, porque siempre seríamos decepcionados o decepcionaríamos a todo el mundo por nuestra fallas y defectos.  
Por lo tanto, lo que debemos hacer es decidir amar a todos cuantos nos rodean con un amor pensante, que implica bondad y paciencia.  Esta es la mejor decisión que podemos hacer para mantener la paz en nuestra sociedad...


Arnold Sáenz
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miércoles, 16 de enero de 2013

CUIDADO CON EL PERRO


Un vaquero iba camino al próximo rodeo del circuito.  Todavía tenía varios kilómetros por delante para llegar a la arena cuando al atravesar un pequeño poblado decidió hacer una parada y comprar algo para comer.
Al entrar a la pequeña tienda rural, notó un anuncio en la mampara de la puerta que decía:
"¡CUIDADO CON EL PERRO!".

Entró un tanto desconfiado, recorriendo con la mirada el interior, tratando de localizar la fuente del peligro.  Lo único que vio fue un indefenso perro viejo dormido en el piso, cerca del mostrador.
Se acercó y le preguntó al dueño de la tienda: -"¿Es este el perro con el que la gente se supone que debe tener cuidado?"

-"Sí", Contestó el propietario - "Ese es."

El vaquero no pudo contener una sonrisa –“Bueno”- dijo- "Pues no se ve como un perro muy peligroso, ¿eh?"-  dijo, casi sin poder soltar una carcajada  -"¿Por qué puso ese anuncio sobre la mampara?” - preguntó.

El dueño le contestó: -"Porque antes de que pusiera el anuncio, la gente seguido se tropezaba con él."


Muchas veces no vemos detalles en la vida que por parecer insignificantes simplemente los ignoramos, pero su poder para hacernos tropezar es inmenso.

En la vida hay pequeñas cosas que nos desgastan y debilitan; al grado que pueden llegar a acabarnos. Son pequeñas trampas que tienen toda la capacidad para destruir, aun cuando a simple vista no parecen tan importantes o graves.
Para poder eliminarlas tenemos que hacer un alto en el camino, para poder identificarlas.  Después debemos reflexionar sobre nuestra vida e identificar el problema que tenemos en ese momento y cual es su causa raíz.  Con esto, ya tenemos el 50% de la solución del problema.

El otro 50% consiste en desear eliminarlo por completo.  Esto nos lleva muchas veces a hacer algo que no nos agrada o dejar de hacer algo que nos agrada o a lo cual estamos muy acostumbrados, pero en ambos casos son para mejorar nuestra vida y dejar atrás el problema que queremos eliminar.  Esto también repercutirá positivamente en las personas que nos rodean.

También puede ser muy conveniente pedir ayuda a una persona especializada o con experiencia, como algún consejero, médico, maestro, o un amigo que este dispuesto a escuchar y dar un buen consejo.

¿Que pequeño problema te preocupa hoy?  Ten la seguridad de que tiene solución…


“Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo.”    
2 Corintios 12:9 


Arnold Sáenz
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