lunes, 4 de marzo de 2013

¿EN LAS BOTAS DE QUIEN?



          Resulta simpático al preguntarle a un niño ó niña pequeños qué quisieran ser cuando sean grandes, le contesten a uno: "Quiero ser como mi papá ó mi mamá".
           Si hacemos la misma pregunta a los adolescentes les escucharás decir que quieren ser como Ty Murray o Justin McBride; o como George Strait o Brad Paisley.
       Esta misma pregunta no está limitada a niños y adolescentes; preguntémosle a los adultos y a los empresarios y tal vez te dirán que quieren ser como Bill Gates ó Carlos Slim.
            Todos conocemos personas que nos sirven como modelo, a quienes nos deseamos parecer, son gente que se ve grande y se distingue dentro de la sociedad, aparecen en periódicos y revistas, pero eso no es razón suficiente para invertir nuestras vidas queriendo ser la imagen de otra persona.

          Amigos, vivimos en un mundo habitado por miles de millones de personas. Gente distinta, de diferente trasfondo  algunos nacidos en cuna de oro, otros sin cuna alguna. Vivimos en un mundo lleno de retos y soluciones, obstáculos y escalones, subidas y bajadas.
          La mayoría de nosotros invertimos nuestro tiempo y energía buscando zapatos, o botas, en las cuales encajar, dejando las nuestras atrás, intentando vivir y actuar de la manera en que nuestros modelos lo hacen. Eso es bueno, mas no determinante. Nos sorprenderíamos saber que nos quedaremos cortos en nuestras expectativas si gastamos nuestra energía tratando de lazar el viento.
          El éxito consiste en 2% dones y 98% trabajo duro, por lo que podemos concluir que todos tenemos este 2% en nuestra composición genética pero necesitamos invertir esfuerzo forjando aquello que no tuvimos al momento de nacer.

          Ahora bien, no estoy diciendo que es malo querer ser como alguien más; sino que esa no es la razón principal por la que vinimos a la Tierra. No caímos aquí desde el espacio por accidente; Dios nos colocó aquí por alguna razón.
          Dios nos creó y nos ha dado un libro en blanco para que escribamos nuestra propia vida. Así que mientras estamos aquí escribiendo nuestra historia, El no quiere que nuestro libro esté lleno de comentarios sobre cómo es Fulano de tal y cómo lo hizo Sutano o Perengano, sino sobre cómo somos nosotros y cómo lo haremos nosotros mismos.
          Y es que mientras vamos buscando ponernos las botas de otros, ¿quién se pondrá las nuestras? Aunque no alcancemos el "estrellato" en la vida, consolémonos sabiendo de que valió la pena ponernos en nuestras propias botas.

          Son muchos los que se pasan la vida frustrados por no ser "otro". Pensamos que si tan sólo tuviésemos los recursos, los talentos ó las oportunidades de otras personas, entonces sí podríamos ser ganadores. Pero al pensar de esa manera, fallamos en enfocarnos en los recursos, talentos y oportunidades que Dios sí nos ha dado. Si bien es cierto que tal vez con lo que el Creador nos dotó no nos sirva para alcanzar lo que otros han logrado, sí podrán ser instrumentales para que hagamos la diferencia, de la manera en que Dios nos diseñó para hacerla.

          Nuestro mundo y nuestra generación en particular, serán mucho mejores si nos atrevemos a poner a trabajar lo que sí tenemos en vez de lamentarnos por lo que no.

          Animo y que el Señor les continúe bendiciendo.

Filipenses 4:13 - “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”. 
Arnold Sáenz
arnold.saenz@gmail.com
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