lunes, 18 de marzo de 2013

¿QUE CAMBIARIAS?


Ha iniciado la temporada de rodeos y seguramente vas a trabajar duro y usarás al máximo los dones, habilidades y talentos que Dios te dio para tratar de hacer el mejor papel posible.

Los vaqueros y vaqueras comúnmente se concentran en la competencia y la vida del rodeo; ganando hebillas, monturas, títulos y dinero. Tienen que dar lo mejor de sí para ganar en sus respectivas disciplinas.  En sus mentes está  constantemente la idea de llegar a las finales del circuito, y seguramente, llegar a ser campeones estatales o nacionales en sus respectivos eventos.  Tristemente la mayoría nunca piensa en donde va  a pasar la eternidad o como vivir realmente de la mejor manera aquí en este mundo, como Dios desea que lo hagamos.

Para muchos, el ser reconocido como campeón es más interesante e importante que el ser reconocido como hijo de Dios y saber que su alma estará con el Padre en el Paraíso por toda la eternidad. ¿Acaso el rodeo, el rancho, tu negocio o tu título es más importante que tener asegurada la vida eterna? ¿Estarías dispuesto a cambiar tus hebillas, monturas o títulos y dinero por Jesucristo?   Pero El no desea que lo hagas... lo que sí espera de ti es que lo consideres más importante que el resto de los deseos que puedas tener.

El plan de Dios para tu vida es perfecto. La mayoría del tiempo desea bendecirte justamente donde estás, haciendo lo que te gusta, a no ser que estés en un lugar que no te convenga (en este caso, El tendrá un mejor lugar donde desea ponerte). "Deléitate en el Señor y El te concederá las peticiones de tu corazón". (Salmos 37:4).

Para lograr entender lo que Dios tiene preparado para tu vida y llegar a donde El te quiere llevar, debes orar y dejarte guiar por El, no cometas el error de seguir tu propio camino.
"Porque todos lo que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios." Romanos 8:14
"Reconócelo en todos tus caminos, y El enderezará tus veredas." Proverbios 3:6

Cuida primero tu alma y tu espíritu. La vida eterna es un regalo que recibimos de Dios a través de su Hijo Jesucristo para llevarnos un día ante Su Presencia. No arriesgues tu alma. Entrégasela a Dios.  Jesucristo dijo: "…yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia."  Juan 10:10

Recuerda, Dios conoce todos tus deseos.
¡Lleva a Jesucristo siempre contigo y que tengas un año de triunfos en el circuito!

Bendiciones…

Arnold Sáenz
arnold.saenz@gmail.com
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lunes, 4 de marzo de 2013

¿EN LAS BOTAS DE QUIEN?



          Resulta simpático al preguntarle a un niño ó niña pequeños qué quisieran ser cuando sean grandes, le contesten a uno: "Quiero ser como mi papá ó mi mamá".
           Si hacemos la misma pregunta a los adolescentes les escucharás decir que quieren ser como Ty Murray o Justin McBride; o como George Strait o Brad Paisley.
       Esta misma pregunta no está limitada a niños y adolescentes; preguntémosle a los adultos y a los empresarios y tal vez te dirán que quieren ser como Bill Gates ó Carlos Slim.
            Todos conocemos personas que nos sirven como modelo, a quienes nos deseamos parecer, son gente que se ve grande y se distingue dentro de la sociedad, aparecen en periódicos y revistas, pero eso no es razón suficiente para invertir nuestras vidas queriendo ser la imagen de otra persona.

          Amigos, vivimos en un mundo habitado por miles de millones de personas. Gente distinta, de diferente trasfondo  algunos nacidos en cuna de oro, otros sin cuna alguna. Vivimos en un mundo lleno de retos y soluciones, obstáculos y escalones, subidas y bajadas.
          La mayoría de nosotros invertimos nuestro tiempo y energía buscando zapatos, o botas, en las cuales encajar, dejando las nuestras atrás, intentando vivir y actuar de la manera en que nuestros modelos lo hacen. Eso es bueno, mas no determinante. Nos sorprenderíamos saber que nos quedaremos cortos en nuestras expectativas si gastamos nuestra energía tratando de lazar el viento.
          El éxito consiste en 2% dones y 98% trabajo duro, por lo que podemos concluir que todos tenemos este 2% en nuestra composición genética pero necesitamos invertir esfuerzo forjando aquello que no tuvimos al momento de nacer.

          Ahora bien, no estoy diciendo que es malo querer ser como alguien más; sino que esa no es la razón principal por la que vinimos a la Tierra. No caímos aquí desde el espacio por accidente; Dios nos colocó aquí por alguna razón.
          Dios nos creó y nos ha dado un libro en blanco para que escribamos nuestra propia vida. Así que mientras estamos aquí escribiendo nuestra historia, El no quiere que nuestro libro esté lleno de comentarios sobre cómo es Fulano de tal y cómo lo hizo Sutano o Perengano, sino sobre cómo somos nosotros y cómo lo haremos nosotros mismos.
          Y es que mientras vamos buscando ponernos las botas de otros, ¿quién se pondrá las nuestras? Aunque no alcancemos el "estrellato" en la vida, consolémonos sabiendo de que valió la pena ponernos en nuestras propias botas.

          Son muchos los que se pasan la vida frustrados por no ser "otro". Pensamos que si tan sólo tuviésemos los recursos, los talentos ó las oportunidades de otras personas, entonces sí podríamos ser ganadores. Pero al pensar de esa manera, fallamos en enfocarnos en los recursos, talentos y oportunidades que Dios sí nos ha dado. Si bien es cierto que tal vez con lo que el Creador nos dotó no nos sirva para alcanzar lo que otros han logrado, sí podrán ser instrumentales para que hagamos la diferencia, de la manera en que Dios nos diseñó para hacerla.

          Nuestro mundo y nuestra generación en particular, serán mucho mejores si nos atrevemos a poner a trabajar lo que sí tenemos en vez de lamentarnos por lo que no.

          Animo y que el Señor les continúe bendiciendo.

Filipenses 4:13 - “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”. 
Arnold Sáenz
arnold.saenz@gmail.com
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